No soy nada, no valgo nada y como parece que me cuesta asumirlo, aquí tengo este ardor en el vientre, en el pecho, en las mejillas y en la frente que me consume desde dentro para ver si acabo por fin convertida en cenizas...
A veces quisiera desaparecer, no estar, ocultarme y consumirme poco a poco, porque ya he visto que no merece la pena luchar por una causa perdida desde el principio. Todo da igual, las cosas son como son y no podemos cambiarlas. Cada vez me siento más débil...
Basta de buenos propósitos, de heroicismos, de intenciones de mejora y aprendizaje... Donde nunca se puso una semilla, nunca crecerá una planta y yo soy un terreno yermo, estéril y seco.
Tengo que asimilar e interiorizar de una vez por todas lo que soy. Nada.
Catatanemak
Hace 3 años