El suelo está duro pero permanezco tumbada sobre las frías losas de mi oscura celda. Contemplo mis manos blancas e inmóviles, apoyadas sobre la piedra gris y húmeda. Veo algunos mechones de mi cabello oscuro, enredados, húmedos. Ha debido amanecer; veo en la pared los rayos del sol y la estancia en la que me encuentro aparece todavía más patética. Alguien entra en la prisión; veo sus zapatos, no sé si es un hombre o una mujer pero no me preocupa. Deja ante mí una bandeja de comida y me invita a saborearla. Con insulsas palabras pronunciadas con el mismo tono a diario, pretende darme lecciones sobre la vida, pretende motivarme a levantarme del suelo y a alimentarme. Ni siquiera respondo. Ante mi silencio y mis lágrimas, ese alguien se marcha y cierra de nuevo a cal y a canto la puerta, dejándome sola de nuevo, encerrada, ausente, olvidada.
Un ratoncito aparece atraido por el olor de la comida. Se detiene ante mi y huele mis labios y la punta de mi nariz. No le intereso demasiado, obviamente, por lo que decide dar cuenta de la comida. Sonrío.
Catatanemak
Hace 3 años
4 consuelos:
Yo que tú conspiraría contra aquellos que te han encerrado. Algún día podrás asesinar a tus guardianes, robarles las llaves y huir hacia un horizonte mejor. O vengarte.
1beso!
Es una buena sugerencia... tendré que centrar mis esfuerzos en esa dirección...
Es posible que mañana acabe yo tambien abandonado en el suelo, quizas al leerte veo el camino que irremediablemente el destino me invita a tomar.
Sin embargo en el fondo aunque se que es casi imposible me gustaría evitar mi cruel destino
A veces las cosas ya no se pueden poner peor de lo que están, las frases que con frialdad plasmas en tu blog son impresionantes, sigue adelante.
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