Tumbada sobre negros nubarrones de tormenta, dejo que mis dedos colgantes se enganchen en jirones de fría y húmeda niebla mientras decido qué hacer con todo lo que me rodea, conmigo misma. ¿He de arrojarme al abismo que veo al fondo y terminar con todo? ¿O mejor me dedico a juguetear con los rayos y centellas que chispean a mi alrededor, esperando que los lance hacia abajo?
Cuidado, soy la diosa de la tormenta y estoy hastiada del mundo, hoy quizá suene un trueno encima de tu cabeza y sea el anuncio de tu inminente destrucción.
Catatanemak
Hace 3 años