lunes, 28 de diciembre de 2009

Tormenta

Mis carcajadas dementes resuenan en el cielo gris mientras lanzo rayos fulminantes a todo aquel que se me antoja. Mis cabellos lacios y negros están mojados por la lluvia que los nubarrones que conforman mi morada arrojan sobre mí y sobre el mundo. Hay viento, hace frío y todo está húmedo y oscuro... ¿No os creíais tan valientes? ¿Por qué os ocultáis, por qué nadie me enfrenta en campo abierto? Vuestra actitud cobarde me hace sentir más ganas de destruiros...

Me detengo unos instantes y miro hacia abajo con la respiración agitada. La lluvia comienza a inundar vuestras vidas y mi aliento gélido os hace estremecer. Nunca creísteis que fuese capaz de descargar tal cantidad de energía destructiva sobre vosotros, siempre pensásteis que me limitaría a flotar en silencio sobre una nube gris...

Os equivocásteis y me subestimásteis. Ahora mi furia se ha desatado y nadie sabe cuándo cesará.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Retorno

Mis pasos resuenan en el espacio vacío del mundo. Hago eco en cada oído atento, los pájaros emprenden el vuelo a mi paso, los árboles elevan sus ramas para dejarme pasar. Los que me han herido, los que me han ofendido, los que se saben culpables, tiemblan cuando ven mi sombra, cuando escuchan mi respiración, cuando huelen el aroma de mis cabellos...

Sonrío con ferocidad y unos enormes colmillos de loba brillan en la oscuridad al reflejo de la luna creciente. Mis pupilas reflejan el brillo negro de las alas de los cuervos que me acompañan, ansiosos por comenzar a devorar esos ojos que una vez me miraron con desprecio y burla...

La diosa de la tormenta ha vuelto y señala con su única y larga uña negra a todos aquellos que van a caer al abismo que hay a sus pies.

viernes, 4 de diciembre de 2009

SALIR

He perdido la cuenta de los días, semanas, meses, años, siglos que llevo arrastrándome aquí dentro. El olor a putrefacción ya se ha convertido en algo cotidiano, la humedad casi es hasta reconfortante y las ratas se han convertido en silenciosos testigos de mi deambular por los túneles oscuros, a veces anchos, a veces estrechos, pero siempre llenos de inmundicia.

No camino con mis piernas, sino que me arrastro haciendo impulso con los brazos, dejando tras de mí el leve rastro de sangre que dejan mis rodillas despellejadas. Mis cabellos han crecido, caen frente a mi rostro y rozan el suelo sucio. Estoy pálida por la falta de luz y escuálida por la escasa alimentación... el odio no engorda...

De repente, un día veo una luz brillante que me obliga a entornar los ojos. Mi primer instinto es alejarme, como hacen las ratas y yo he aprendido de ellas, pero después, poco a poco, me arrastro hacia esa marca luminosa en el suelo, y pongo mi mano sobre ella. Es cálida...

Miro hacia arriba y veo una escalera que conduce a una salida, por la que entra el rayo de sol. ¿Qué debo hacer? ¿Permanecer aquí abajo, sola, en un entorno hostil, consumiéndome en mí misma? ¿O sería mejor intentar encontrar otro modo de vivir? Mi corazón me impulsa hacia arriba, parece hasta dar saltos hacia la luz...

Lentamente me incorporo hasta que me agarro a las escaleras y subo lentamente, escurriéndome a veces, dejando atrás la suciedad, la inmundicia y la oscuridad, mientras me acerco a la luz y al calor que me deslumbran. ¿Qué voy a encontrarme cuando llegue arriba?

lunes, 23 de noviembre de 2009

Flores rojas

Sentía que mis mejillas ardían y cada vez creía más la furia en mi interior. Deseaba sacar de mi toda la violencia que estaba generando y tenía la sensación de que un chorro de fuego me saldría del centro de la frente en cualquier momento. Mi mirada mostraba el cabreo generalizado que sentía y empezaba a darme cuenta de que la gente me miraba con extrañeza así que decidí dejar que el aire frío del otoño me diese en la cara para ver si me relajaba.

Salí al exterior y mi piel se vio aliviada ante el descenso de temperatura, aunque miraba sin mirar y hablaba a la gente sin prestar atención, ignorando incluso las hojas amarillas de los castaños de Indias que caían a mi alrededor, pisando la hojarasca sin prestar atención al crujido que producía el peso de mi pie sobre ella.

Entonces, de repente sentí algo en mi mano derecho. Miré y ví a una niña de unos dos o tres años, china, con dos coletas, que había introducido su manita entre mis dedos y me agarraba con suavidad y confianza. Me sonrió, mostrando sus dientecitos blancos y aún irregulares, y me dijo con voz aguda:

- Quiero flores rojas.

La sonreí e hice realidad su deseo.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Violencia

Tengo ganas de golpear y de hacer daño, quiero coger a alguien por el cuello y apretar mientras le miro a los ojos y veo cómo muere lentamente. Tengo ganas de verter sangre, de oir gritos de dolor, tengo ganas de darme baños de sangre como hacía la condesa Bathory en las soledades de su castillo.

Quiero empalar como Vlad Dracul, quiero despedazar como Jack el Destripador, quiero comer carne humana como Hannibal Lecter...

Quiero que me tengas miedo, que me mires a los ojos y tiembles, que escuches mi voz y llores de dolor, que oigas mi nombre y tengas ganas de salir corriendo.

Quiero tener el poder de provocarte MIEDO.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Inquietud

Un hormigueo me recorre la piel y siento como si tuviera algo dentro de mí que lucha por salir. Me balanceo en la silla, abro y cierro los dedos de las manos y de los pies, me paso la mano por el pelo y noto esa sensación entre los ojos que aún no logro describir ni mucho menos comprender...

Tengo ganas de gritar, de dar golpes, de llorar, de insultar y de rabiar a lo grande; ¿debería hacerlo? Está claro que no debo dejarme llevar de una manera tan visceral, tengo que aprender a controlar estas sensaciones porque si no, me volveré loca.

Hoy me siento enfadada. Estoy enfadada y cansada de todo en general, es uno de esos días en los que quisiera mandarlo todo a la mierda y quedarme sola en el mundo, estar sola en casa, pasear sola por las calles, contemplar sola el atardecer... hasta que llegue la noche y me corte las venas para dejarme morir felizmente al tiempo que la luna brilla en el cielo nocturno...

viernes, 20 de noviembre de 2009

Apariencias

La verdad es que no sirve de nada preocuparse por las cosas porque todo es superficial, da igual lo trascendentales que nos creamos. Hay algo latente en el fondo de todo, de la vida, del mundo, algo que gime y se queja, y es algo tan olvidado que sólo algunos lo sentimos, a pesar de que compartimos la misma esencia. Todo es energía, todos compartimos lo mismo y lo tenemos en común con cada árbol, con cada piedra, cada montaña y cada mar pero ya no importa. Y no es que la gente pase de ello o que no se preocupe, es que no es consciente, no lo nota ni lo siente, porque cada vez nos cubrimos de más apariencia y superficialidad, todo es materialismo y trivialidad y el auténtico centro de todo no existe para nadie.

El alma de la vida está perdiendo fuelle porque cada vez nos importa a menos personas. Creemos que lo podemos suplir todo con posesiones materiales, con poder y no es así; en realidad, todo está vacío, todo el mundo, todas las personas... todo está vacío y nada tiene sentido. ¿Qué es lo verdaderamente importa en la vida, en el mundo, en la existencia pura de todo lo que conocemos? Ya lo hemos olvidado porque su nombre se ha perdido, se ha borrado en el tiempo porque ya nadie lo pronunciaba y ahora ya no podemos recuperarlo.

Seguid pensando que vuestra vida está plena, seguid pensando que lo mejor es comer como cerdos, dormir como perros, trabajar como mulos, follar como monos... Ójala fuésemos verdaderamente como los animales... ellos aún no han olvidado porque siguen en el mismo nivel en el que estábamos nosotros antes de que nos empezaran a corromper el dinero, las ganas de poder, antes de que se nos comenzaran a imponer tabúes y actitudes por parte de la sociedad, antes de que nadie viniera a decir qué era el bien y qué era el mal...

Nos hemos convertido en algo tan artificial como el ordenador que uso para escribir esto...

viernes, 2 de octubre de 2009

Nada

No soy nada, no valgo nada y como parece que me cuesta asumirlo, aquí tengo este ardor en el vientre, en el pecho, en las mejillas y en la frente que me consume desde dentro para ver si acabo por fin convertida en cenizas...

A veces quisiera desaparecer, no estar, ocultarme y consumirme poco a poco, porque ya he visto que no merece la pena luchar por una causa perdida desde el principio. Todo da igual, las cosas son como son y no podemos cambiarlas. Cada vez me siento más débil...

Basta de buenos propósitos, de heroicismos, de intenciones de mejora y aprendizaje... Donde nunca se puso una semilla, nunca crecerá una planta y yo soy un terreno yermo, estéril y seco.

Tengo que asimilar e interiorizar de una vez por todas lo que soy. Nada.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Chispas en la oscuridad

Fuego, sangre
Piedra, rayo
Truenos
Lluvia en mis ojos
Golpea, golpea
Forjadora que no da tregua

Fuego, agua
agua, fuego
Golpe, fuego
Golpe, agua
La forja no descansa

domingo, 6 de septiembre de 2009

La cueva

Dejadme, que quiero estar sola. Me he metido aquí porque no quiero ver a nadie, ni escuchar a nadie, ni que nadie me distraiga de mis pensamientos. Demasiadas cosas se me vienen a la cabeza y necesito esta soledad y este silencio para poder atenderlas todas.

Ecos del pasado me atormentan. Estoy reviviendo error por error y mi conciencia se empeña en señalarme punto por punto todos mis tropiezos, para mostrarme que estoy donde estoy por mi culpa. Yo me he metido en este agujero por mis malas elecciones, por mi pasividad de antaño, por la sumisión. ¡Cuantas veces tuve la solución delante de mis narices y elegí el conformismo! Es imposible culpar a nadie: todo lo he hecho yo.

Sé que no puedo salir de aquí. Ya lo he intentado pero sólo han sido ensoñaciones de las que he despertado dándome de bruces contra el suelo. Tengo que asumir que siempre estaré en la sombra, siempre me arrastraré... nunca conseguiré hacer nada útil ni servir para nada a nadie, así que lo mejor será que me quede aquí metida, para no convertirme también en una carga...

Ni me habléis.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Muñeca de porcelana

Encerrada en su vitrina de cristal, la muñeca de porcelana observa todolo que ocurre sin poder hacer nada. Sus labios rojos están sellados y sus ojos de cristal ni siquiera pueden parpadear. Desde su posición, se da cuenta de la urgencia en la que se encuentra el mundo, ve llorar a hombres del pasado y a mujeres del presente, siente el toque de entes no humanos y se desespera en su silencio ante la impotencia.

Es un objeto inútil que no puede moverse, ni hablar, sólo puede sentir y su cuerpo de porcelana comienza a resquebrajarse por algunos lados, aunque bajo sus vestiduras no se aprecie. Por el agujero de su nuca y de su ombligo penetran corrientes de energía que pretenden que se mueva pero no puede, así que sólo le queda derramar una solitaria lágrima cada noche por aquellos a los que ama y sufren, en espera de poder salir de esa vitrina y recuperar el habla y el movimiento...

sábado, 22 de agosto de 2009

Fuego

Entre cuatro paredes de ladrillo y cemento, me presiono el vientre y respiro aceleradamente, intentando librarme de este fuego. Me tiro de rodillas al suelo, me tiro de los cabellos, me golpeo en el rostro, resoplo, me doy con la cabeza contra las piedras pero sigue ahí, sigue ahí, insistente, cruel, implacable...

Todo mi interior arde, siento que me consumo desde dentro y tengo la sensación de vomitaré cenizas de un momento a otro. La boca me sabe a hierro oxidado y una capa de sudor frío recorre mi piel erizada por el roce de unas manos heladas que se posan en mis hombros y me acarician la nuca.

En ocasiones, siento que me salgo de mi propio cuerpo y un zumbido inunda mi mente, ¿son palabras que aún no entiendo? ¿Son mensajes que llegan distorsionados? Intento agudizar el oído pero es inútil, estoy sorda, ciega, muda...

Quiero entender, quiero saber, quiero actuar... pero para eso necesito serenidad y no la tengo, no la tengo, este dolor me agobia, me inunda y no me deja pensar con tranquilidad...

lunes, 10 de agosto de 2009

El sendero



There is no turning back
from this unending path of mine
Serpentine and black it stands before my eyes
To hell and back it will lead me once more
It's all i have
as i stumble in and out of grace.

I walk through the gardens of dying light
And cross over rivers deep and dark as the night
Searching for a reason why time would´ve passed us by
With every step i take the less i know myself
Every vow i break on my way towards your heart
Countless times i've prayed for forgiveness
But gods just laugh at my face
And this path remains
Leading me into solitude's arms
I see through the
darkness my way back home
The journey seems endless but i'll carry on
The shadows will rise and they will fall
And our night drowns in dawn
Amidst all tears there's a smile
That all angels greet with an envious song
One look into stranger's
eyes and i know where i belong
And the path goes on...

sábado, 8 de agosto de 2009

Agonía

Una bola de fuego me consume, arde en mi estómago, sube hasta mi garganta, inunda mi plexo solar, se remueve, quiere salir, quiere estallar e intento retenerla con mis propias manos, clavándome las uñas en la piel, tratando de arrancarme la carne a jirones para librarme de esta angustia...

Ideas, imágenes, voces, sonidos, luces... Mi cabeza está abarrotada, el zumbido de palabras y rostros me marea, sobrepasa mi entendimiento, quisiera abrirme la cabeza contra la pared, golpearme una y otra vez hasta que todo esto salga...

Antes estaba vacía y ahora me siento desbordada, golpeada, moldeada, estrujada, como la masa de arcilla entre los dedos de alguien que quiere ablandar el material para hacerlo manejable y empezar a trabajar con él. Me inunda el amor, la rabia, la felicidad, la desesperación...

Muevo las manos inconscientemente, tratando de agarrar las energías que me rodean, permanezco quieta en mitad de la calle, intentando escuchar los susurros que me rodean, gesticulo, procurando no llorar ni gritar... Y veo la extrañeza en todos aquellos desconocidos que comparten mi viaje en tren, en autobús... Estoy loca.

domingo, 26 de julio de 2009

Esperando

Es posible que haya algo ahí fuera para mí, que realmente yo sea una pieza de un enorme puzzle y que tenga una misión, un destino, algo que me está esperando...

Atrás quiero dejar la mala suerte, las lágrimas, las obsesiones, los pensamientos oscuros, las noches en vela, los dolores de cabeza... Quiero pensar que merezco cosas buenas, que merezco una felicidad más allá de la alegría serena que siento ahora. Siento que me estabilizo poco a poco, que mis pies se posan en la tierra en vez de hundirse en ella o de flotar por los aires. Mis cabellos ya no se enredan ante mis ojos ni vuelan a causa del vendaval. Mis ojos ya no lloran, de mis labios ya no salen mil maldiciones hacia mí misma...

¿Quizá me estoy reconstruyendo? ¿Es posible que esté surgiendo de mis cenizas y que pueda ser una persona mejor que la que fui en el pasado? Mi corazón palpita y mi alma se expande, ellos saben mejor que yo que algo bueno se acerca...

Y aquí lo espero, limpiándome de toda negatividad, quitándome de encima las telarañas, desnuda bajo el sol, peinándome los cabellos a la orilla del río de mi vida, adecentándome por dentro y por fuera... deseando que no sea otra ilusión que se desvanecerá...

miércoles, 1 de julio de 2009

Cambios

Cambios en este espacio... He añadido el rojo de la sangre, de la vida, de la pasión, de las ganas de estar viva cueste lo que cueste... El sufrir es aprender, es vivir, es estar plenamente en la vida, es sentir que hay algo dentro de tí que vibra...

Una conversación puede hacerte ver las cosas de otra manera. Y es exactamente lo que me ocurrió hace 12 horas. Alguien se tomó la molestia de hacerme ver las cosas desde una perspectiva bastante más realista y objetiva, logró sacarme de mi visión obnubilada por la tendencia apasionada que me invade a veces y colocarme con los pies en la Tierra.

Y aunque aún no puedo evitar que se me remuevan las entrañas, la sensación general ya no es la misma. Ahora puedo decir que soy más realista. Fríamente realista. Y me da mucha pena ver la situación desde esa perspectiva...

viernes, 26 de junio de 2009

Me jode

Me jode haberme tragado tantas mentiras que me entran ganas de vomitarlas una a una.
Me jode haber vuelto a confiar en alguien sin conocerlo de nada.
Me jode haber hecho esfuerzos por quien no lo merecía.
Me jode no poder gritarte a la cara todo lo que ahora mismo pienso de tí.
Me jode haber tardado tanto en ver la verdad y haber perdido el tiempo.
Me jode molestar a los míos por tu culpa.
Me jode tener que esperar el momento de la venganza, si es que acaso los Dioses me van a conceder esa oportunidad...
Me jode ver que estás bien, mucho mejor de lo que quieres aparentar.
Me jode que me hayas apartado de tu vida, cuando debería haber sido al revés.

Y por encima de todo, me jode ver que en el fondo, aún siento algún cariño hacia tí.

Soy estúpida, de verdad.

miércoles, 24 de junio de 2009

La Reina de Mármol ha vuelto

He vuelto.

Hace unas semanas, me retiré para dar paso a la Niña de Caramelo, pero en vista de que simplemente le has dado un mordisco que la ha deformado y luego la has abandonado, he decidido que volveré a esconderla y daré la cara por ella. Sólo tenías que lamerla suavemente, no hacía falta comportarse de una manera tan indigna y desconsiderada... Tardaré días, semanas, incluso meses en lograr recomponerla. Y no pienso dejar que veas sus lágrimas de azúcar.

Ahora tienes frente a tí a la Reina de Mármol. Mi semblante no se altera ante tu presencia o ante tu ausencia, mi voz no tiembla con tus palabras, mis manos no ansían tocarte... Te miro desde mi pedestal, ya no hay nada que puedas hacer para llegar hasta mí porque estoy llena de desconfianza y de rencor. Pocas cosas me importan ya en esta vida y desde luego tú ya no eres una de ellas, porque has hecho daño a mi Niña y ella no se lo merece.

Atrévete conmigo. Soy fría y dura.

martes, 23 de junio de 2009

Risas

Risas. Risas burlonas a mi alrededor. Me tapo los oídos y corro por largos pasillos oscuros, me golpeo contra las paredes porque en mi desesperada huida no miro por dónde voy. Les grito que se callen, lloro y suplico pero siguen ahí. Se burlan y su sonido me rasga el alma, hace mella en mi corazón.

Busco una salida, necesito aire fresco porque empiezo a ahogarme. Por fin, distingo algo de luz pero proviene de un ventanal que está demasiado alto y no logro alcanzarlo. Las risas aumentan ante mis esfuerzos de llegar hasta el aire y la luz.

Finalmente, me dejo caer en el suelo y siento que mi piel palidece y se seca. Intento llorar pero ya no puedo, quiero gritar pero no me sale la voz. Me dejo consumir poco a poco. Y en ese instante, las risas cesan y sólo escucho una voz que susurra en mi oído:

- Siempre estarás sola.

Y de nuevo una cruel carcajada rebota entre esas frías paredes.

miércoles, 17 de junio de 2009

La cabaña

En la oscuridad del bosque, contemplo la puerta de tu cabaña, la que me acabas de cerrar a cal y canto en pleno rostro. Alzo la mano para golpearla una vez más, pero sé que no aparecerás, sé que estás ahí dentro, en la oscuridad, y que ya no quieres mi ayuda ni mi compañía. Miro a mi alrededor, donde todo es oscuridad y sé que debo continuar mi camino como siempre lo he hecho. El instante de luz que hubo a través del denso follaje de los árboles gracias a tu presencia ha durado muy poco y apenas me ha servido de consuelo.

Me giro dando la espalda a tu cabaña, con las mejillas inundadas en lágrimas al cerciorarme de que el sueño terminó, y en ese momento, distingo vida enmedio de la oscuridad, entre los árboles y arbustos. Un pequeño grupo de animales me observa: una serpiente de Irlanda, un cuervo de Austria y un pajarito de la Rioja me están esperando, así que me acerco a ellos sin miedo y al tiempo que me dejo caer a los pies de un fuerte roble, siento que me rodean y me dan el calor que necesito...

martes, 2 de junio de 2009

Un hada oscura

Ven. Acércate. Tus ojos tristes me rompen el corazón. Quiero iluminar tu mirada y necesito que me permitas estar a tu lado. Te refugias en tus dioses mientras yo les pido a los míos que cuiden por tí. Si coges mi mano, podré enseñarte la belleza del arco iris, el consuelo de la lluvia en el rostro, la serenidad del silencio de la noche, la alegría de una mariquita en una hoja de hierbabuena...

No puedo resolver tus problemas, mi magia no consiste en eso, no soy tan poderosa, pero puedo intentar que veas el camino, que empieces a darte cuenta de que todo puede mejorar, de que siempre hay algo hermoso por lo que vivir, por lo que sonreir, por lo que luchar... Rezaré en mi altar por tu felicidad, quemaré incienso por tu alegría, encenderé velas para iluminar tu vida... si me dejas.

Me quedaré agazapada aquí, en un rincón, y velaré por tí como un hada oscura que no molesta, que es invisible, pero que siempre está ahí aunque no la veas. De vez en cuando, te susurraré palabras de consuelo al oído para que puedas dormir y cuando estés dormido, acariciaré tu cuello y besaré tu mejilla para que sonrías en sueños. Y por la mañana, sentirás que el peso de tu alma es más liviano y yo volveré a mi rincón, feliz por hacerte sonreir.

Y cuando quieras que desaparezca, sólo tendrás que decir que ya no crees en mí...

viernes, 22 de mayo de 2009

El lobo

Hace tiempo que camino con los ojos entornados y la mirada fija en el suelo. Ya no espero nada interesante, siempre me acompañan las mismas ratas de siempre. Me muerden los talones con insistencia, esperando que les dé alguna migaja pero no quiero alimentarlas. Que busquen otro sitio donde alimentarse, yo ya me cansé de darles comida para que acaben mordiéndome las puntas de los dedos con avidez. Siempre quieren más.

Camino por un sendero seco y árido mientras sobre mi cabeza se forman nubes de tormenta que oscurecen mi camino. Miro hacia ellas, esperando a que comiencen a descargar su refrescante lluvia sobre mí para que arrastre mi pesar. Cierro los ojos mientras mi rostro se empapa y me dejo caer en el suelo, sumida en la desesperanza y la soledad, en la rutina y el hastío.

En ese momento, las ratas que me acompañan huyen. Miro hacia el frente y me encuentro de cara con un lobo al que parece no importarle la lluvia. Entre sus patas juegan dos pequeños lobeznos, que se refugian del agua poniéndose bajo su progenitor. Me acerco a ellos y los cubro con mis brazos para protegerlos. No me dan miedo. ¿Me aceptarán como una más en la manada? ¿Seré capaz de cuidar de todos ellos?

domingo, 22 de febrero de 2009

El martillo

Ya no podía soportarlo más. Llevaba días y días tratando de escapar, de esconderse. Lo mismo subía al monte más alto hasta sentir que el viento helado le cortaba el rostro, como se metía en lo más profundo de una húmeda cueva donde se sentía como un niño en el útero materno. Había pasado tardes en casa, con las cortinas echadas, para no ver a nadie y que nadie la viera, y había frecuentado los pubs nocturnos de moda con sus mejores galas, donde todos la miraban por su resplandor.
Había callado sus penas y tormentos, y los había detallado a todo el que se había cruzado en su camino. Había ignorado las imágenes que acudían a su cabeza y las había estudiado minuciosamente.
Pero todo había sido inútil. El pasado, cual telaraña húmeda, sucia y constante, la acompañaba allá donde fuera y no la dejaba ni a sol ni a sombra. Su corazón se encogía de congoja cuando en los momentos más inesperados volvía a sonar en su cabeza una voz, aparecían ante la vista de su memoria unos ojos, rememoraba su piel el tacto de otra piel...

Aquella tarde, tuvo una nueva idea, algo que no había intentado aún. Cogió la primera herramienta que encontró y la miró fijamente. Un martillo viejo, con el mango de madera, pero lo suficientemente firme como para poder ayudarla. Agarrándolo con las dos manos, descargó un fuerte golpe sobre su propia cabeza. Lo último que vio fueron algunas gotas de sangre salpicando el suelo frente a ella.

Mientras tanto, el sol, para no ver aquella escena, aquel intento inútil de olvidar, se ocultaba tras las montañas echado en un suave manto de luz rosada.

lunes, 16 de febrero de 2009

Un nido ocupado

Camino descalza por un suelo pedregoso, pero apenas siento las heridas que los filos de las piedras hacen en las blancas plantas de mis pies porque estoy demasiado ocupada intentando evitar los picotazos de los buitres que pululan a mi alrededor, esperando a que caiga desfallecida.
Llevo tanto tiempo evitándolos que ya se ha convertido en una costumbre el agitar constantemente las manos para que sus grotescos picos no se enreden en mis cabellos. En el pasado los recibí con amabilidad, pensando que me comprenderían, pero sólo me sirvió para que tomasen confianza y ahora no me los quito de encima.
Elevo la mirada y entre sus oscuras y sucias alas vislumbro un águila inmensa, hermosa, elegante, que parada sobre el pico de una montaña mira al horizonte ajena al revoloteo de los buitres bajo el que me encuentro. ¿Qué tal sería cambiar a los buitres por aquel águila silencioso y bello? Junto a ella, veo un nido bien acomodado, limpio, que recoge los fríos vientos que peinan la montaña. Una sonrisa aparece en mi rostro y mis ojos se iluminan por primera vez en mucho tiempo. ¡Cuán confortable ha de ser acurrucarse en ese nido y ser cubierta por esas alas inmensas, enormes!
Llego hasta el pie de la montaña sin prestar atención a los buitres, que me siguen acosando con sus picos sucios y bastos. Apoyo las puntas de mis dedos en la piedra para tratar de escalar hacia el nido pero cuando elevo la mirada una vez más, veo que el nido está ocupado por un ave hermosa. El águila se gira hacia ella y frotan sus picos con cariño. Es obvio que no hay sitio para mí.
Me alejo de la montaña y sigo mi camino, mientras los buitres, satisfechos por mi derrota y mi decepción, continúan molestándose y enredándose en mis cabellos.